Dice la leyenda, que los cartagineses denominaron a las islas de
Ibiza y Formentera las Islas Pitiusas,
por la abundancia de pinos que forman paisajes de grandiosa belleza. Junto a
los extensos pinares crece en las islas una gran variedad de plantas silvestres
con propiedades únicas.
La
mayor de las Pitiusas cuenta con una gran tradición licorera. La frígola, las
hierbas ibicencas y el palo se preparan a base de hierbas autóctonas maceradas
en anís, dando como resultado un licor dulce con aromas herbales.
Tradicionalmente, estas hierbas están consideradas como digestivas y se toman
después de comer. Se pueden beber frías, con hielo o naturales.
Las Hierbas son muy populares en las Illes Balears, con altos niveles
de producción y consumo. Forman parte de la tradición de muchos hogares que
desde siempre las han elaborado artesanalmente, con sus propias recetas y
secretos nunca confesados. En el siglo XIX cada familia hacia sus propias hierbas
de una forma muy simple, se recogían ramilletes de hierbas que crecían
silvestres alrededor de las casas y se dejaban macerar durante un mínimo de
tres meses en una botella de anís dulce. La variedad de sabores era muy amplia ya
que cada familia tenía su propia receta de
elaboración y así en cada casa nos encontrábamos hierbas con aromas y
gustos dispares pero igualmente deliciosos.
Esta forma tradicional y
artesanal de elaborar las hierbas sigue vigente en nuestros días y son muchas
las personas que cada año a mediados de Mayo se aventuran en crear sus propias
y originales hierbas ibicencas recogiendo del campo las hierbas.
No podemos dejar en el tintero
un hecho crucial en las hierbas ibicencas, y es que no es precisamente en Ibiza, sino en Formentera, donde
se produce el nacimiento de la primera industria elaboradora
de hierbas ibicencas. En aquella época (finales del siglo XIX) los habitantes
de Formentera se dedicaban indistintamente a la agricultura, la pesca y también
la ganadería, pero uno de ellos tuvo otras prioridades y con su llaüt realizó
viajes a Barcelona para abastecer a la isla de objetos y utensilios que allí no
existían, conoció los secretos de los alambiques y de la fabricación de bebidas
alcohólicas y creó una pequeña fábrica que años después trasladaría a la mayor
de las Pitiusas.
Si a finales del siglo XIX con
la creación de la primera destilería de hierbas a gran escala hablamos de un
momento importante en la vida de nuestra dulce y exquisita bebida, tendríamos
que esperar aproximadamente 100 años más para ver otro momento digno de
mencionar, fue en 1997 cuando se crea la Denominación Geográfica Hierbas
Ibicencas, lo cual permite por un lado proteger el nombre geográfico, y por
otro evitar la competencia desleal y garantizar la calidad del producto.
Las Hierbas Ibicencas se definen en el reglamento de la
Denominación geográfica como una bebida espirituosa anisada obtenida
básicamente por la extracción de aromas de diversas plantas procedentes de la
zona de elaboración como son el hinojo, tomillo, romero, hierba-Luisa,
espliego, ruda, eucaliptos, manzanilla, enebro con enebrinas, orégano, menta,
hierba-sana, hojas y piel de limón y naranja, y salvia en presencia de otras
plantas como el anís estrellado o badiana y el anís verde o matafaluga.
En Ibiza encontramos varias
destilerías que nos proporcionan una buena variedad de hierbas ibicencas en el
mercado, cada una con su receta y gusto particular.
Y recuerda, disfrútalas pero con
moderación.
Salut!