El
sol, el mar Mediterráneo, la condición de islas, y la afluencia de distintas
culturas a lo largo de la historia, entre otras circunstancias, han determinado
la peculiar gastronomía de las Islas Pitiusas.
En Ibiza y Formentera existe una auténtica devoción
por los productos frescos y naturales. Antiguamente era imposible ver una casa
de campo que no se autoabasteciera con su propia huerta y su granja de
animales. De hecho, todavía existen muchos hogares que mantienen esta
tradición.
El mar proporciona un surtido fabuloso de
pescados y mariscos. Los bosques también ofrecen sorpresas inesperadas, como
los deliciosos rovellones que proliferan a la sombra de los pinos o los
espárragos verdes que crecen en los márgenes de los senderos.
Esta despensa variada y exquisita, ha originado
una sabiduría culinaria que se ha ido transmitiendo de generación en generación
y que llega aderezada de las distintas culturas que se han asentado en la isla,
como la púnica o romana, que introdujeron cultivos y
prácticas gastronómicas, dando como resultado una mediterránea fusión de
sabores y colores. El
recetario ibicenco es rico en arroces, platos con ave o cordero, guisos,
pescados horneados, repostería…
Esta tradición gastronómica es sin duda una
herencia valiosísima que perdura con los años, manteniendo la producción de
alimentos ecológicos y artesanos.
Salut!
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